martes, 27 de mayo de 2014

"Mentiritas... piadosas"

Todos conocemos este dicho. Otro similar es: "sólo los niños y los viejos dicen la verdad"...

En realidad son falacias. Es decir errores de razonamiento. Y por supuesto que se convierten en errores fácticos prontamente.

Es como la droga... uno cree que puede dominarla. Uno empieza mintiendo, y se dice: "a eso le llamo yo -mentira piadosa-". Se auto-justifica, y pronto está en una cadena de mentiras execrable.

Pronto traiciona, roba, maldice, y todo en el contexto de: "no puede dejar de gustarme la mujer"; "la familia es otra cosa"; "el dinero va y viene y yo lo necesito más"; "nadie se va a enterar de lo que dije/ hice".

La mentira se articula muy bien con el des-trato, con el maltrato, con la traición... Se articula muy bien con todas las cosas malas que hacemos y pretendemos auto-justificar. En el camino... las otras vidas.

En el camino "no dejamos títere con cabeza". Mentimos, y casi que obtenemos -toda una vida paralela total-. Traicionamos las frágiles y también necesitadas vidas de nuestros supuestos "seres queridos".

Va muy bien con la droga, con la violencia, doméstica o no; la mentira va bien con lo peor de la vida y del mundo. Casi que son un matrimonio... si no no existiría la palabra "verguenza".

Tengamos pues "verguenza", si es que falta el amor para ver que el otro también tiene necesidades. Si es que falta el amor para ver que el otro también tiene una vida limitada y corta...
La vida es muy corta
igualmente para todos,
como para estar mintiendo.

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