domingo, 21 de septiembre de 2014

Carácter, una confusión

Sobre el término "carácter" se ha versado desde los primeros filósofos griegos.

Incluso desde mucho antes, las culturas china y egipcia descifraban "el carácter" de sus dioses...

Aristóteles, Buda y Confucio reunidos en el SV AC. hablaban largo y tendido sobre lo que el carácter debía ser.

Y por supuesto nuestros abuelos y bisabuelos... recién en este mismísimo SXX DC. la palabra carácter cobró otro valor.

Desde la Psicología del SXIX la palabra carácter se despuntaba como aparejada el término "temperamento", y así vinimos a conocer los temperamentos flemático, colérico, apasionado y sanguíneo.

El psicoanálisis hará su parte, y todo un saber popular dotará a la palabra "carácter" de un nuevo significado. No era ya la actitud del sabio, en su defecto la del prudente, o en su defecto "la templanza" que durante siglos (milenios en realidad) fue el significado de la palabra "carácter".

Ahora carácter venía a significar más bien todo lo contrario... se le dice hoy carácter a la falta de carácter. Al enojo, al despotricar... a la falta de auto-control y temperancia. ¿Podemos echarle la culpa a la psicología? ¿Al saber popular? Respuesta: yo le echaría la culpa en parte a ambos.

Cuando la primera psicología del SXIX toma el término carácter y empieza a experimentar con él, lo desentiende en demasía de su raíz filosófico-ética original. Diciendo "mucho carácter" y atribuyéndoselo a lo psicológico en vez de a lo espiritual, es natural que del filósofo pasemos al necio ensimismado.

¿Necio ensimismado? ¿No será mucho? No... eso es lo que precisamente significa tener mucho carácter hoy día. Ni siquiera se habla de carácter bueno o malo, sino de mucho o poco, y no porque hablando de buen o mal carácter no se enrevesen las cosas también. Y por supuesto: para mal de todos.

¡A avivarse!, que cualquier palabra equivocada, como por ejemplo decirle "irrupción del embarazo" al matar al propio hijo, o "muerte digna" al matar al propio abuelo, nos da cuenta de cuán importantes son las palabras que usamos... ¿o que nos usan?.

Cuidado al hablar...
más te usan a tí
las palabras
que usas.

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