
Hay tres desconsideraciones cuando evitamos el disculparnos...
una es la que ocasionó el daño que hicimos, otra es la
re-victimización que cometemos al no disculparnos,
y otra es la re-victimización potencial en el futuro.
Reconocer que podemos estar lastimando a alguien
y sinceramente pedir perdón, dejando nuestra
soberbia de lado, merece toda la vida.

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