"Hay que probar todo"
Aquí se pone la experimentación sobre cosas como la prudencia. Sobre cosas como lo valioso, apropiado, conveniente; edificante, próspero, etcétera.
Además, parte de la falsa premisa de un tiempo ilimitado. Es una frase terriblemente equivocada. Arrojándonos no sólo a cosas sin valor, sino a peligros.
No disciernas con arrojo.
Discierne con prudencia,
siempre. (No hay que
"probar todo".)
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