miércoles, 15 de abril de 2015

El poder de la Confesión

En ese momento, casi infinitesimal, en que el sacerdote dice:
...es Jesús quién lo dice.

Patalearás; dirás de todo para no confesarte. Una parte de tí dirá: "quién es quién para confesarme... yo no hice nada... nadie me debe ningún perdón"; lo sé.

Es nuestra soberbia interna, pataleando. Nuestro renegar de nuestros errores. Del mal hecho/ compartido. Del que no perdonamos. El que no supimos nosotros perdonar, y en cambio multiplicamos, y nos sentimos hoy "con derecho" aún.

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