El odio más común: la envidia. Por envidia mataron a Jesús, escribas y fariseos. Por envidia también mataron a José sus hermanos. Y por la envidia solemos "no querer". E incluso odiar... y mucho. Porque es fácil querer a alguien "inferior". A alguien que consideramos inferior, haciéndonos sentir importantes y queridos. Pero es difícil querer a alguien "mejor". Mejor persona, amigo, etcétera.
Si alguien te dice "a fulano no lo quieren": cuidado. Yo apostaría a que eso es envidia. No te parezca raro conocerlo, y que sea un ser humano de excepcional integridad. Pues créeme: se envidan más las espiritualidades. Las cosas de índole espiritual: las más caras y difíciles de lograr.
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